Articulo por Eduardo Verdeja – Marzo 2014

El tema del posible aprovechamiento de los recursos minerales de Loma Miranda se ha tornado subjetivo y apasionado, debido en gran parte a la divulgación de información incompleta, subjetiva y errada sobre aspectos básicos de geociencias. Entre los temas que más preocupan y confunden a la opinión pública están: el agua, la contaminación, la deforestación, el tamaño del depósito mineral y el proceso de minado.

En este artículo se presenta información básica de geociencias relativa a los aspectos de dimensión de Loma Miranda y del depósito mineral, su geología y el proceso de minado, con la idea de que sirvan de base objetiva para las opiniones que se formulan sobre el tema.

UBICACIÓN Y DIMENSIONES DE LOMA MIRANDA

Loma Miranda es un pequeño promontorio topográfico de morfología alargada de unos 10 km de largo y 3 km de ancho (30 km2 aprox.) ubicado en la parte baja de la vertiente norte de la cordillera Central, en la zona de Miranda, Bonao, con su eje mayor paralelo a la cordillera con orientación Noroeste‐Sureste. Las elevaciones de Loma Miranda varían entre los 200 y 700 metros sobre el nivel medio del mar.

Su ubicación y tamaño respecto a la cordillera Central se presentan en el mapa general de la figura 1, junto con una sección transversal que atraviesa la cordillera desde el valle de San Juan hasta el valle del Cibao.

Loma Miranda está dividida en dos promontorios separados por el Arroyo Jagüey que la atraviesa por su parte central, quedando uno al noroeste y otro al sureste. El depósito mineral de ferroniquel se encuentra en el bloque sureste y ocupa unos 4.3 km2 de superficie, lo que representa cerca de un 13% del total de los 30 km2 de extensión que tiene Loma Miranda.

GEOLOGÍA

Loma Miranda se encuentra dentro de la formación geológica llamada Loma Caribe, que se extiende en forma de franja alargada con rumbo NO‐SE desde las inmediaciones de Yamasá hasta las cercanías de Jarabacoa. Esta formación está compuesta por rocas magmáticas ultramáficas (ricas en silicatos ferromagnesianos) producto de intrusiones de magma profundo hace decenas de millones de años como consecuencia de tectonismo mayor, y está representada fundamentalmente por una roca llamada peridotita serpentinizada, que forma frecuentemente depósitos metalíferos residuales.

En la zona de la Loma Miranda, la franja de peridotita serpentinizada la atraviesa longitudinalmente por su parte central y está limitada al noreste y suroeste mediante contacto de falla por otras formaciones geológicas (Los Ranchos, Duarte, Maimón) que no contienen yacimientos minerales. El depósito mineral de ferroniquel ocupa sólo una porción de la franja de peridotita serpentinizada (Figura 2).

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Figura 1. Ubicación de Loma Miranda y del Depósito Mineral

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Figura 2. Ubicación y espesor del Depósito Mineral 

DEPÓSITO MINERAL

El depósito mineral de ferroniquel es de origen residual, es decir, que se ha formado en el mismo sitio donde está. Se forma como consecuencia de la alteración de la roca por efectos de la meteorización que producen el aire y el agua superficiales en contacto con la ella a través de los años. La meteorización transforma los minerales rocosos en minerales arcillosos dando origen a los suelos lateríticos residuales de coloración rojiza donde ocasionalmente se producen concentraciones minerales que generan yacimientos metalíferos.

Ejemplos de estos suelos lateríticos rojizos se encuentran en la subida a Jarabacoa y en la subida a Guaigüí, donde también se puede observar la peridotita serpentinizada sin suelo laterítico, como en los cortes de la carretera hacia Jarabacoa en la curva de «La Virgen». Del mismo modo, también se encuentran suelos lateríticos (tierra roja) en las áreas de explotación de Falcondo como Loma Caribe, Loma Peguera y Loma Ortega, donde se ha producido una concentración de hierro y niquel, al igual que en el depósito de Loma Miranda, y por eso constituyen yacimientos minerales de aprovechamiento económico.

Dada su naturaleza de origen residual (producto de la meteorización in‐situ de la roca) el espesor de estos suelos (tierra roja) es limitado ya que los mismos minerales arcillosos producidos por la meteorización protegen a la roca madre (peridotita) del avance de este fenómeno. El espesor típico de estos suelos residuales es del orden de pocos metros a pocas decenas de metros. En el caso específico del yacimiento mineral de Loma Miranda, de acuerdo a los datos aportados por Falcondo en el EsIA, el espesor del depósito varía entre 1 y 30 m, con un espesor medio de 10~15 m.

PROCESO DE MINADO PROGRESIVO Y RECLAMACIÓN

Los depósitos residuales son por naturaleza depósitos superficiales de suelo. El proceso de minado es extremadamente simple y consiste básicamente en cargar el suelo residual (tierra roja) con equipo mecanizado, colocarlo en camiones y trasportarlos a las pilas de almacenamiento o a la planta de beneficio. Operativamente no es más que una simple operación de movimiento de tierra que no requiere de explosivos ni de técnicas especiales.

Puesto que son depósitos superficiales y de poco espesor, el minado se reduce a la remoción de una capa relativamente delgada de la superficie siguiendo normalmente la topografía natural del terreno. En el caso específico del proyecto minero de Loma Miranda, el espesor del depósito varía entre 1 y 30 m con una media de 10~15 m, con lo cual, la conformación final de la superficie del terreno después del minado será muy similar a la topografía que existe al inicio.

Para acceder al depósito mineral es necesario remover la capa vegetal (tierra negra), la cual se almacena para su futura reincorporación en el proceso de reforestación.

A diferencia del proceso de minado llevado a cabo en el pasado, Falcondo propone una metodología de minado distinta adaptada a las exigencias ambientales actuales que se denomina «Minado Progresivo». El proceso consiste en trabajar por franjas horizontales que avanzan en sentido descendente, de modo que una franja no se abre hasta tanto la anterior no haya sido minada y reforestada (Figura 3).

Cada franja de minado es de 0.3~0.5 km2, lo cual representa cerca del 10% del área del depósito mineral y cerca del 1% del área total de la Loma Miranda.

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Figura 3. Croquis de proceso de minado y reforestación progresivo. 

El tiempo que dura una franja entre descapote, producción y reforestación es de unos 12 meses. De acuerdo a la experiencia de Falcondo en sus otras operaciones mineras en el país, el tiempo promedio en que los árboles replantados alcanzan cerca de 3 m de altura es de unos 2 años.

Por tanto, las creencias de que el aprovechamiento del recurso mineral en Loma Miranda deforestaría toda la Loma por completo es incorrecta. También es incorrecta la creencia de que el minado «aplanaría» toda la Loma Miranda, ya que tanto el depósito mineral como el proceso de minado son de carácter superficial y limitado, con un proceso de reforestación progresivo incluido dentro del ciclo de trabajo.

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